Los alumnos de la Universidad para Mayores, de Villafranca, a lo largo
del curso, a menudo nos desplazamos a Morella donde se imparten la
mayoría de las clases de la sede de Els Ports. No podíamos dejar de
visitar la localidad donde tantos compañeros tenemos, en estos días de
tan importantes fiestas basadas en tristes y entrañables hechos que
todos conocemos. Son unas fiestas tan especiales que solo pueden
celebrarse cada seis años. En ellas están implicados todos los vecinos
de la localidad, ya sea confeccionando los tapices que adornan las
calles o tomando parte en los desfiles, o la procesión recorriendo los
24 k.m. que traen a la virgen de Vallibana desde su ermitorio hasta la
localidad. Todo el mundo quiere rendir homenaje a su Virgen.
Cada día un gremio se ocupa de organizar los actos, comenzando el
primer día por el Ayuntamiento y Clero y terminando por el gremio de
la juventud.
Morella estaba preciosa en sus fiestas sexennales. Admirando los
adornos de sus calles nos dimos cuenta de la destreza y dedicación de
sus gentes trabajando el papel y del amor que los morellanos sienten
por su pueblo
